Sutilmente, me disfrazo de conquista. Cuatro veces desde cuatro ángulos. Mi cuello intenta tu mirada tu piel me siente de reojo, y el perfume que me vende gira en círculos mareados buscando tu ombligo. Reteniendo mi deseo moldeándolo translúcido, intento no mirarte. Y me pierdo en la obviedad más profunda del anhelo. Traicionándome a mi misma. Me agrede el silencio indesifrable de tus dientes, que no besan ni muerden . Sonríen. .