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SONETO II

Si me amaras leyendo entre mis ojos
la duda, la tristeza, el dolor seco
de saberte ausente esos días rojos
en que me arrancaste el pudor. Peco
al amarte, y peco al dolerme mi amor
en tu mirada. Por no querer entender
su distancia ida en mi cuerpo, el sabor
vacío que sus labios besan solo al ver
mi llanto. Puede que hoy quieras calmar
ardores y sangrar mis penas, sepultar
bajo mi piel tu espada y regalarme
el frente de tu cuerpo. Pero yo estaré
buscando escuchar tus ojos, y dudaré
el sabor de tus manos, al amarme.

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