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PLEGARIA NOCTURNA

Horas intentando que la noche sea oscura, de una vez por todas oscura como el negro, como el sueño y el cansancio. Pero no, el arco iris se concentra en los vasos de mi insomnio. Admito a veces llenarlos hasta que renvalsan. Hoy no.
Hoy necesito que evaporen sus filos. Me lastiman.
Necesito apagar el dibujo que reflejan con gritos en mis uñas. Gritos ilusos.
El día en que callen la sal de mis ojos, quedo ciega. ¿Vale el reto?.
No, no puedo vestirme con borgoña de pétalos. El otoño marchitaría mi piel. Me desnudaría y la sangre saldría triunfando, bordeando mis caderas hasta que brille el olor del fracaso. Y me ahogue.
O lo ahogue yo, con manos impregnadas de rendimiento blanco.
Pero entonces mi noche sería blanca, y yo la quiero negra.
Solo pido noches negras, neutras, vacías.
No necesito arco iris con túnicas blancas.
Soy demasiado curiosa.
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